martes, 30 de diciembre de 2008

El PP sigue desorientado internamente

Es más que patente que el principal rival que tiene el Partido Popular ya no es el PSOE, sino el propio PP. Las batallas diarias por el control del poder y la toma de decisiones son más que notorias. Si Rajoy dice blanco, Esperanza dice negro; si Cospedal dice leña al mono en la financiación autonómica, Granados dice que lo que diga Esperanza; que si Gallardón dice que Blesa continúa, Esperanza dice que naranjas de bombay; y así hasta el infinito.

Desde que se fue el olvidable ex presidente del gobierno a dar clases o a recibirlas a Geoooooooooorge Toooooooooown, en Génova se han quedado noqueados, pues erró al elegir a su hijo pródigo pensando que le dejaba enfilado para ganar las elecciones de 2004. Los desgraciados atentados que sufrimos como consecuencia de la intervención española en Irak por mor del funesto ex presidente del gobierno y sus anhelos de grandeza, moldeó la decisión del electorado y la transformó en voto de castigo, cuando ya se descorchaba el champagne que no cava en Génova.

Rato se fue un idem a gobernar el FMI y se quitó de en medio y ahora ni está ni se le espera; Mayor se hizo idem y se fue a Europa a ganar en puntualidad para no llegar tarde como hacía en el parlamento vasco y de paso a aprender a no dejar a su electorado en la estacada como también hizo en el País Vasco; Gallardón bajó la cabeza y asumió su permanente representatividad en la capital cuando ya soñaba con su carterita ministerial de afín a Rajoy; Arenas se quedó para vestir santos en Andalucía hasta que Chaves aguante o se muera; María San Gil, azote de nacionalistas, dio la patada en el cubo y derramó la leche ordeñada para mostrar su rabia; Acebes busca trabajo bien remunerado en Cibeles, a costa de la influencia de su amiga en el consejo de Caja Madrid; Zaplana mantiene su moreno playero en su superpuesto de Telefónica; Michavila pasó del rollo y se hizo representante de cantantes internacionales; Martínez Pujalte está desollando alguna presa a falta de un socialista maduro...

¡Pues parece que no hay cantera! Ni Cospedal, ni Soraya, ni Martínez Pons, ni Montoro, ni el propio Mariano, tienen el punch ni la pegada de Martínez Pujalte ni el látigo de San Gil...¿Qué queda? Esperanza y sus privatizaciones...¡Pues entonces tendremos Zapatero para rato!

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