lunes, 15 de diciembre de 2008

Desmemoria histérica de los socialistas

El PSOE ha vuelto a engañar a los ciudadanos involucrados en los episodios de la llamada memoria histórica. Tras el gran fiasco de Felipe González, que llegó a reconocer en entrevista con Cebrián en El País que uno de los errores que más lamentaba era no haber podido hacer justicia con estas personas por miedo a reabrir heridas ya cerradas, ahora Zapatero aprieta el firme suelo bajo el que están vilmente enterrados miles de españoles por mor de los ajustes de cuenta del tirano. Ahora deja en manos de las CCAA el tema, pasándoles la patata caliente, quitándole a su vez el juguete al juez más mediatico de nuestro país que ya se las prometía muy felices con el asunto. Nuestro presidente, tan lanzado en el reconocimiento de derechos a inmigrantes, a minorías antaño marginadas, a propuestas ministeriales absurdas y derrochadoras, ahora pisotea la memoria histórica porque no conviene hablar ahora del tema. Es curioso que durante unas semanas sirvió para desviar la atención de la crisis/recesión pero cuando se dieron cuenta que el juez mediatico se les subía a la parra y podía generarles un cristo de padre y muy señor mío, decidieron cortar por lo sano y envolver en papel de regalo envenenado el asunto para las comunidades autónomas.
Ha sido una postura cobarde que deja de nuevo a los familiares de los asesinados con el sabor agridulce de la decepción, pues primero fueron optimistas al creer que por fin sus abuelos, padres descansarían, y ahora tragan quina pensando que no habrá justicia para quienes respetaron el gobierno legítimo y respaldaron como único delito a la II República, pues los que se levantaron y fueron asesinados, ya se encargó el dictador de darles la sepultura adecuada.
Por eso tiene mucho de histérico este proceso de desmemoria que sufre el PSOE, muchos de cuyos fundadores sufrieron castigo y yacen hoy bajo carreteras, caminos, árboles, etc. Los hijos de aquellos/as hoy son ancianos pero han vivido toda su existencia con el recuerdo fresco de entonces.
Nuestra cultura, nuestra identidad humana, descansa en el antropológico culto a los muertos, pero algunos, según el cínico PSOE y sus cínicos dirigentes, no merecen tal reconocimiento pos mortem. Felipe González al menos no les prometió nada: fue cobarde, pero no les puso en los labios la miel . Zapatero en cambio les ha alentado su hiel. Suena casi igual, pero no lo es.
Tal vez esperen a que los restos mortales se petrifiquen y puedan llegar los descendientes de 99ª generación socialista actuando cual indianas jones rescatando para futuros museos los restos de la barbarie del régimen franquista. Qué desmemoria de los que juraron hacer memoria.

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