viernes, 30 de septiembre de 2011

¿DEBE UN GOBIERNO ENTRANTE CAMBIAR POR CAMBIAR?



Decía Víctor Hugo que “nada detiene una idea cuando le ha llegado su momento”. Y a muchas de las decisiones aprobadas les llegó su momento, pero ahora, por mor del presunto cambio de bandera, todo hace indicar que les llegará otro momento, sí, pero de diluirse como un azucarillo.

¿Es conveniente para un país que un gobierno entrante, de diferente tendencia política que el saliente, cambie cuanto ha hecho su predecesor en materias muy concretas del orden social solo por criterios éticos y/o morales?

Desandar el camino andando, cuando la ruta ha sido equivocada, parece ser conveniente si el objetivo es avanzar; pero retroceder solo por obstinación, testarudez o colapso ideológico, mas bien parece un error calamitoso.

Cabe preguntarse si un gobierno de otro corte político al preexistente, debe “sostenella y no enmendalla, pero tal vez el interrogante no sea este, sino si la decisión aprobada conviene a la mayoría por encima de la minoría, independientemente de tendencias, adscripciones o afinidades.

¿Qué intereses deben primar, los de un país que con anterioridad ha asumido una medida acorde a los colores del partido gobernante y está interiorizada en la ciudadanía, o los del recién llegado que pretende dejar su impronta borrando todo atisbo o reminiscencia de su predecesor, solo porque choca con sus criterios religiosos o con los intereses de los lobbys de poder que arropan al recién aterrizado?

Refrendar o reprobar una ley, un decreto, dice mucho en uno u otro sentido de quien llega, pues con la primera medida te ganas el favor de los que no te votaron y secundan la misma, pero puedes enfadar a los tuyos; y con la segunda, obtienes la satisfacción de quienes te sufragaron y rechazaban a priori tal decisión, pero cabreas a los opuestos.

Y si lo hecho es correcto? Y si lo avanzado ha sido idóneo? Y si la población aplaude la medida pese a los intereses opuestos de la nueva opción? Y si es bueno mantener esa medida porque sus resultados son de todo punto buenos? ¿hay que cambiar todo a golpe de decretazo? Una de mis maestras de Sociología me transmitió lo que aprendió a su vez de otro maestro suyo: “¡A veces es preferible lo bueno a lo óptimo!

Ello me hace cuestionar si realmente los partidos representan el sentir real de un país, o solo defienden su cuota de poder sin importarles el quorum pues la mitad mas uno ya es mayoría en la Cámara Baja, suficiente para sacar adelante cualquier propuesta.

Naturalmente este es uno de los preceptos de la Democracia, el gobierno de la mayoría, pero igual yo les hablo de filosofía, de valores que están por encima incluso, como la altura de miras. Alguien pensará si defiendo vivir contra los intereses de uno si estos contravienen la propia ideología...¡Pues sí, si así beneficia al máximo de mis convecinos y no ofrece una imagen retrógrada de mi comunidad!

Ya aprendimos en “El Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que todo seguirá igual pese a que todo cambie y marear la perdiz solo por credos o inclinaciones religiosas, nos retrotraería muchas décadas atrás ¡Que se lo piense dos veces el que todo El Mundo indica que ocupará la poltrona tras el 20N antes de tomar decisiones precipitadas!


Juan Manuel Vidal
- Sociólogo y Periodista -

miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA EDUCACIÓN, FUERA DE LOS RECORTES

Los arquitectos, los ingenieros, realizan múltiples estudios a la hora de erigir grandes edificios, grandes infraestructuras, momumentos, etc., en los que analizan infinidad de variables encaminadas a garantizar la seguridad primero de los usuarios y la perdurabilidad de su obra.

Probablemente los antiguos egipcios no imaginaban que sus construcciones funerarias piramidales sobrevivirían tantos siglos, pero la firmeza de sus materiales y la exactitud de sus conocimientos, así como sus buenas artes, garantizaron que aún hoy podamos disfrutarlas.

La aplicación de recortes en la enseñanza pone en riesgo el futuro educativo de las próximas generaciones, o lo que es lo mismo, el fundamento sobre el que construiremos su mañana. Si no garantizamos los mejores medios físicos y humanos y su máxima accesibilidad y difusión, en este caso por la vía pública, la susceptible de recortar, estaremos posibilitando la inestabilidad de ese edificio que llamamos futuro.

El Premio Nobel de Economía Paul Krugman volvía a meter el dedo en la llaga el pasado domingo en su artículo de El País (25-9-11) titulado “La sangría”, al afirmar que «las peores consecuencias de los recortes del gasto público están recayendo en la educación. Por alguna razón, despedir a cientos de miles de profesores no parece una buena manera de conquistar el futuro».

Por un momento nos llevamos las manos a la cabeza los residentes en la Comunidad de Madrid, pensando que era un delirio de la ínclita Consejera de Educación, la Sra, Figar en connivencia con la Presidenta de la misma, la Sra. Aguirre. Esta decisión de recortar personal y ampliar el horario del profesorado existente, como si fuera poco el estrés que ya acumulan, tiene un trasfondo tan maquiavélico como es el de depauperar aún más si cabe al sistema público en favor del privado, en su mayoría religioso.

De todos es sabida la proximidad de la Presidente Aguirre a la doctrina de la Iglesia Católica, lo cual no es bueno ni malo pues pertenece al orden de su ámbito privado. En tanto en cuanto no condicione sus decisiones, en pro de esta causa y contra otras o contra ateos, agnósticos, incrédulos, etc., perfecto. Por algo vivimos en un estado aconfesional, donde se respeta la libertad de culto y se tienen en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y se mantienen relaciones de cooperación con todas confesiones.

Pero ahora empiezan a saltar noticias de otros países como Francia, donde se procede a la misma decisión. Como quiera que la Sra. Aguirre y el Sr. Sarkozy “comulgan” con los mismos criterios, quizá haya que pensar que los políticos conservadores no solo apuestan por aniquilar el sistema de bienestar social, derrocando derechos elementales como el de la enseñanza pública por mor de la crisis, sino que tampoco les importa mas futuro que el inmediato, el aquí y ahora, porque el mañana se puede volver contra ellos.

Quizá si dejaran de favorecer descaradamente los intereses de ciertas órdenes y ciertos grupos de presión ultracatólicos...; quizá si se bajaran los sueldos reales y no los que dejan ver para aparentar humildad...; quizá si se bajaran de sus coches oficiales y fueran en transporte público como todo el mundo...; quizá si recortaran tanto presupuesto en sus imágenes públicas, en favorecer entidades anejas como fundaciones, asociaciones, organizaciones...; quizá si recortasen su interminable cartera de asesores plagada de afines...

Con todos estos “quizás”, tal vez se quedarían sin argumentos para recortar de aquello que nadie debería tocar, aquello que forma parte de la argamasa imprescincible para el futuro: la educación de los hijos. Claro, salvo que solo quieran élites de púberes con rubios cabellos y camisas azules!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Crisis de los Gallinas

Si se observan con calma las aguas turbulentas de la economía europea, se aprecia que una rara especie se está haciendo fuerte: los “acumuladores de privilegios” de la política europarlamentaria, escasamente valiosos y cobardes a la hora de arriesgarse con respuestas tan factibles como reales.

Bien es verdad que solo reflexionan y no gestionan, pero podrían legislar medidas y reglas de funcionamiento con el objetivo de evitar que los flujos de riqueza siempre pasen por cauces alejados de lo colectivo y más ahora que está en marcha un ataque a gran escala de los mercados contra las economías europeas en general y española e italiana en particular.

Como bien apuntaba el premio Nobel de economía Paul Krugman recientemente en El País “todos los indicios apuntan a que los dirigentes europeos no están siquiera dispuestos a reconocer la naturaleza de esa amenaza, por no hablar ya de hacerle frente de manera efectiva”

Apenas les oímos cacarear presuntas soluciones al éter, pero les falta arrojo y gallardía para desafiar a esos entes sobrenaturales y ectoplásmicos que denominamos "mercados", pero que en verdad esconden tras de sí a seres de carne y hueso, que les amilanan, intimidan y, por qué no decirlo, acojonan.

Pero los peores, a los que más miedo parecen tener, son a los que valoran el riesgo crediticio de los emisores de valores y de sus obligaciones financieras, léase, las agencias de rating, tales como Moody´s, Standar & Poor´s y Fitch, que responden a los intereses de quienes especulan, puesto que son quienes han creado esos miedos. En otra escala, es como se repartían antiguamente las cátedras endogámicas mediante el nombramiento de tribunales dóciles…..

De hecho el pasado 13 de junio el diario Público informaba de que “Accionistas de S&P y Moody's se preparan para comprar barato en las privatizaciones”, lo que les garantizaría pingües beneficios, dado que si ellos remueven las olas, ellos sabrán cuando estarán calmas.

Ni la tasa Tobin, herramienta para controlar los mercados financieros que, desmadrados por la especulación, buscan incorporar controles a los movimientos de capital; ni controles constantes y rigurosos a la especulación, como no permitir nunca más esas transacciones tramposas en el Mercado Bursátil que sólo suspendieron temporalmente.... ¡Nada, no han hecho nada!

Si como bien leía hoy en la prensa en boca de Ross Brawn, directivo del equipo Mercedes de F1, “lo que revela la grandeza de uno, es cómo se enfrenta a la derrota”, algunos son más mezquinos que los ladrones, porque al menos éstos, como decía Jardiel Poncela, “son gente honrada”.

¿Cuál es el papel que están jugando y cuál podrían jugar si estuviesen menos amordazados y enfangados en la crisis de los gallinas? Alguien podría pensar que existe una casta que vive ajena a los problemas de las personas, una panda de cobardes miserables, diletantes aprovechados a los que el bienestar de la gente que les vota les moviliza escasamente, sobre todo si ellos han de dar la cara ante los problemas, porque la tienen petrificada ante la adversidad ajena.

Krugman señala en el mismo diario que “el BCE, con Trichet y compañía, debería estar comprando deuda española e italiana, que sería lo que estos países harían por sí mismos si todavía tuviesen sus propias monedas”. Pero por algo decidimos crear un día la moneda común, pero no así una política económica común. Ese es el fallo garrafal.

Alguien, con nombre y apellidos, quiere hundir al €uro, y la espantada bancaria masiva va en beneficio de esta acción. Hay una crisis de credibilidad global por los excesos y la ausencia de consecuencias, solo que los sufridores somos los de siempre.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Frustrados y encabronados


Creo en las redes sociales como fenómeno aunador de esfuerzos, como nexo de unión, como vínculo para mantener relaciones a distancia y también como moderno medio de comunicación, capaz de propagar noticias con más rapidez si cabe que los medios al uso, dada su implantación, pero no creo en todos los movimientos sociales.

Es difícil que un sociólogo reconozca esta realidad, pero no creo en el modelo actual de partidos, clubs, asociaciones, sindicatos, etc., como movimientos válidos y útiles para la consecución real de objetivos, aunque sí para canalizar la expresión de la realidad de un colectivo que se siente identificado en su interior.

Pienso que tarde o temprano se produce la frustración individual ante la evolución que experimentan estos colectivos hasta la separación de los mismos. Unas veces la ruptura es cordial y otras brusca, pero el individuo siente que ya no se representan sus opiniones y termina por alejarse.

Con la gravísima situación económica que estamos atravesando, que resumimos en un sólo concepto englobador, “crisis”, los hay que primero son alejados del colectivo, luego marginados por no poder seguir el ritmo de sus semejantes, y finalmente despreciados por no estar a la altura.

La respuesta de muchos que siguen esa cadencia, también es gradual y pasa por la incomprensión, la preocupación, la rabia contenida, la indignación, la manifestación, el encabronamiento, la frustración, hasta llegar a la indiferencia, por que ya no ven útil ninguna forma de expresión.

El Movimiento 15-M irrumpió de una forma aparentemente espontánea, hecho que nunca podremos confirmar, bajo el amparo de las Redes Sociales y al calor de otras expresiones populares en el Norte de África y Oriente Próximo, pero su presencia de parte de causa ha retraído mi valoración.

Ahora que ya se han agotado prestaciones, ahora que los bancos y los inversores tocan a arrebato, ahora que los ricos salen huyendo como lo que son, unos irresponsables insolidarios..., ahora solo quedamos nosotros, los ciudadanos.

Nuestra organización, nuestro orden, nuestra sintonía, será clave para salir adelante porque ni políticos, ni empresarios, ni sindicatos piensan ya en nosotros, sino en su exclusiva supervivencia. Hora es de administrarnos con talento, sin egoísmos, sin prepotencias, sin jerarquías, de igual a igual. ¿Que soy un utópico? Eso escucharon Galileo, Copérnico!!!

Ni Merkeles, ni Sarkozys, ni Zapateros, ni Rajoys, ni Roselles, ni Toxos, ni Botines, solos, estamos solos ante la ancha inmensidad. Nosotros somos más y más fuertes, si les damos la espalda, se verán donde siempre han debido de estar, ¡a la cola!

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La crisis "Tsunami"


Hace poco he visto un reportaje emitido por National Geographic TV sobre el devastador terremoto (magnitud de 9 en la escala Richter) y posterior maremoto que asoló la costa oeste japonesa el viernes 11 de marzo de 2011.

El tsunami mostró especial virulencia en las Prefecturas de Miyagi, Iwate y Fukushima, que recibieron olas de hasta 10 metros que arrasaron cuanto encontraron a su paso. Ciudades como Minami Sanriku quedaron desiertas de vecinos y casas....

Miles de muertos y desaparecidos, pero más aún, de desalojados y desprovistos de toda propiedad. Y todo contado por decenas de cámaras, bien de reporteros profesionales, bien amateurs, provistos de un simple móvil, pero al final y al cabo, narrado al dedillo!

Todo contado con precisión de detalles y declaraciones, pero inevitable, pese a todos los mecanismos habidos y por haber. Solo la previsión y evacuación inmediata salvaron la vida de la mayoría que, de lo contrario, habría perecido sepultada por el torrente.

Ni siquiera las predicciones sismológicas pueden determinar los efectos devastadores de un movimiento telúrico como el producido, por lo que difícilmente pueden ponerse medios concretos, más allá de los arquitectónicos o de ingeniería que condicionan la vida de los ciudadanos: Todo fue superado por la magnitud del terremoto.

Este largo preámbulo justifica la comparación con la crisis económica mundial vigente. Muchas opiniones, muchos análisis, muchas propuestas, muchas sugerencias, muchos premios Nobel, pero la dimensión de esta debacle financiera tiene visos de ser superlativa.

Ya ha asolado la economía norteamericana, y está atacando parcialmente la europea, habiendo actuando con especial virulencia en Grecia, Portugal e Irlanda, que ya han tenido que ser rescatadas por Bruselas como matriz, y Alemania como hermano mayor. Pero como a la gran ola de los mercados le parece poco, ahora va a por Italia y España.

Mi humilde aportación no será tan rica, ni tan expansiva, como la del Pr. Leopoldo Badía y su “Crisis Ninja”, pero creo que estamos en condiciones de rebautizarla, ya a estas alturas, como “la crisis Tsunamiporque sus efectos están resultando inconmensurables y, a tenor de la falta de acierto de los exégetas de las finanzas, parece que imprevisibles sus resultados finales.

Habrá quien haya salvado los muebles, quien solo necesite una pequeña ayuda, quien haya arriesgado a tiempo, quien haya sido previsor, ojalá que muchos; pero también habrá víctimas que ya no podrán aguantar más, porque llevan años nadando contracorriente en la ruina y en las listas del paro y, salvo un milagro y grandes dosis de autocontrol y paciencia, nada les salvará.

Con todo, uno sigue teniendo la sensación de que se podría hacer mucho más: quizá no evitarlos, pues ambos parecen proceder de causas superiores a nuestro entendimiento, pero sí incrementar las medidas y evitar comportamientos especulativos con la vida.

Si cuando se pudo no se escuchó a los augures que avisaban de temporal en lontananza y se les tildó de agoreros, si las tendencias no fueron avistadas por unos gobernantes henchidos de gozo por un crecimiento casi exponencial, si se consintió a bancos prestar y a clientes pedir a fondo perdido como se consintieron en tiempos pruebas nucleares en Mururoa, ¡qué podíamos esperar!

Esta lección nos la regala la madre naturaleza a través del paralelismo entre estas dos fuerzas sobrenaturales de distinto origen y, según sus dimensiones, de desproporcionadas consecuencias. El otro elemento común son las víctimas: ¡Usted, usted y yo! En ambos casos, estamos solos frente al mal. Nuestra supervivencia dependerá de la pericia y la prudencia que mostremos en adelante.



Juan Manuel Vidal
Sociólogo y periodista


jueves, 1 de septiembre de 2011

Vacío gubernamental

No sé si es paranoia mía, o es una sensación compartida, de que aquí no gobierna nadie desde hace unos cuantos meses, por no decir 3 años ya.

Las alarmas empezaron a saltar cuando gente de prestigio como Solbes o Fernández de la Vega abandonaron este barco a la deriva que parece España. Algo muy claro debían atisbar para huir de la quema a tiempo antes de perecer en esta singladura.

Las medidas adoptadas parecían tan precipitadas como desacertadas, pero al menos eran propias, propias de alguien con pocas luces financieras, pero autóctonas. Ahora ya nos ordenan y nosotros obedecemos a la voz de ¡Deustchland, Deustchaland über alles!

Resulta gracioso que la única voz clarividente en todo este tiempo ha sido la del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, hermano de otro gran ministro de Exteriores inolvidable, pero su autoridad moral ha sido ninguneada y silenciada por el egregio ZP.

Las directrices de la máxima autoridad monetaria de este país fueron elevadas a capítulo hace tiempo, pero Moncloa negó como el apóstol hasta tres veces, por considerarlas antielectoralistas y contrarias a la política socialista. Hasta que llegó la UE y ya no hubo réplica: “¡Sí, buana!”

A ello unimos que el PP ya campa por sus respectos como futuros amos del cortijo, con todos los capataces empresariales y bancarios esperando a los nuevos señores.

De esta manera tenemos el vacío gubernamental de unos que no mandan nada por desidia e incapacidad, amén de la irresponsable bicefalia, y otros que no pueden por no tener aún la vara de mando, que ya huele a látigo abrasador.

Pero la nave sigue a la deriva. Tiene tantas fugas que para cuando lleguen los Populares lo que se van a encontrar es a una multitud de naúfragos flotando sobre la procelosas aguas de la crisis, entre otras cosas porque también han contribuido con sus torpedos a la línea de flotación del país.

Ojalá de aquí al 20N apareciese una nueva fuerza política alternativa capaz de aunar las voluntades de los españoles para desalojar de una vez por todas a estos “marineros de agua dulce” de Génova y Ferraz, y de paso llevarse por delante a más de un grumete sindical que nada ha hecho por evitarlo.


Las pymes como motor de arranque

No, así no. Así como estamos no podemos seguir. Llevamos ya casi 3 años tirando de reservas, desde que se abrió la caja de Pandora de los vientos de la crisis mundial.


Algunos primero negaron su existencia, luego otros se enzarzaron en determinar su origen, algunos en echar balones fuera, otros en exonerar a sus compatriotas, otros en negar su factor globalizante a fin de rascar votos y desalojar a sus ocupantes...


Este túnel se hace muy largo y nadie nos predijo que se iba a prolongar. Creímos que sería pasajero, como cuando te quedas atrapado en un emplazamiento por causas de fuerza mayor, como temporales, tiroteos, fuegos, etc., y a muchos les ha pillado con las reservas justas si no agotadas.


Puestos a buscar soluciones, me he dirigido al potente buscador Google para documentarme acerca de la relevancia que tienen las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) en la generación de empleo, primer y necesario motor para arrancar y salir del túnel.


Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) de 2006, el 89% del total del empleo creado en España lo generaron las empresas con menos de 20 empleados, ratio similar al de Portugal (89,4%) y Francia (89,2%).


Sin embargo, del 100% de sociedades fundadas en ese año, tan sólo 54% se incorporaron al mercado en 2010, es decir, se produjo una reducción del 46%. Este guarismo tampoco es muy orientativo, porque en Italia, que no está mejor, apenas se redujo el mismo concepto un 2%.


No soy ningún gurú de la economía ni de las finanzas, y los que valoro como tales tampoco es que convenzan mucho a la generalidad, pero la expresión “las pymes como generadoras de empleo” tiene un total de 635.000 entradas en la web del potente buscador. ¡Algo querrá decir, digo yo!


Cuando hablamos de Globalización debemos desilusionarnos de una vez por todas, porque hemos comprobado que sus efectos positivos los disfrutan unos pocos elegidos, pero los nocivos se reparten discrecionalmente.


Solo las grandes multinacionales y los poderosos bancos han repartido sus pingües beneficios entre sus Consejos de Administración, pero nos han hecho culpables de sus males a la colectividad.


Veamos pues, si el 89% del empleo en 2006 lo generaban las PYMES significa que solo un 11% se reparte entre la Administración y las grandes corporaciones. Como la primera está en franco retroceso por ajustes locoregionales y las segundas recortan empleados para redondear sus cifras, entonces debemos volver la vista a las PYMES.


El cierre del grifo del crédito las ha estrangulado, las ha asfixiado, las ha ahogado hasta la muerte. Esas PYMES no han estado expuestas a la volatilidad ni al riesgo creciente de las potentes empresas mundiales, y sin embargo han visto cerrar su línea de crédito por mor de los bancos.


Así el flujo constante entre PYMES se ha cerrado y ha dejado entrampados a millares de empleados y empresarios que no pueden seguir porque se ha cortado su normal circulación.


Quizá problemas globales requieran soluciones globales, pero tal vez soluciones locales puedan devolvernos a una estela de crecimiento, y abrir el grifo del crédito a las PYMES parece a todas luces una respuesta urgente y precisa.


Solo la coerción gubernativa sobre las entidades crediticias puede reabrir una comunicación fluida de los capitales y devolver progresivamente la circulación a la compleja estructura laboral ¡Otra cosa es que les aprieten las tuercas!