jueves, 1 de septiembre de 2011

Las pymes como motor de arranque

No, así no. Así como estamos no podemos seguir. Llevamos ya casi 3 años tirando de reservas, desde que se abrió la caja de Pandora de los vientos de la crisis mundial.


Algunos primero negaron su existencia, luego otros se enzarzaron en determinar su origen, algunos en echar balones fuera, otros en exonerar a sus compatriotas, otros en negar su factor globalizante a fin de rascar votos y desalojar a sus ocupantes...


Este túnel se hace muy largo y nadie nos predijo que se iba a prolongar. Creímos que sería pasajero, como cuando te quedas atrapado en un emplazamiento por causas de fuerza mayor, como temporales, tiroteos, fuegos, etc., y a muchos les ha pillado con las reservas justas si no agotadas.


Puestos a buscar soluciones, me he dirigido al potente buscador Google para documentarme acerca de la relevancia que tienen las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) en la generación de empleo, primer y necesario motor para arrancar y salir del túnel.


Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) de 2006, el 89% del total del empleo creado en España lo generaron las empresas con menos de 20 empleados, ratio similar al de Portugal (89,4%) y Francia (89,2%).


Sin embargo, del 100% de sociedades fundadas en ese año, tan sólo 54% se incorporaron al mercado en 2010, es decir, se produjo una reducción del 46%. Este guarismo tampoco es muy orientativo, porque en Italia, que no está mejor, apenas se redujo el mismo concepto un 2%.


No soy ningún gurú de la economía ni de las finanzas, y los que valoro como tales tampoco es que convenzan mucho a la generalidad, pero la expresión “las pymes como generadoras de empleo” tiene un total de 635.000 entradas en la web del potente buscador. ¡Algo querrá decir, digo yo!


Cuando hablamos de Globalización debemos desilusionarnos de una vez por todas, porque hemos comprobado que sus efectos positivos los disfrutan unos pocos elegidos, pero los nocivos se reparten discrecionalmente.


Solo las grandes multinacionales y los poderosos bancos han repartido sus pingües beneficios entre sus Consejos de Administración, pero nos han hecho culpables de sus males a la colectividad.


Veamos pues, si el 89% del empleo en 2006 lo generaban las PYMES significa que solo un 11% se reparte entre la Administración y las grandes corporaciones. Como la primera está en franco retroceso por ajustes locoregionales y las segundas recortan empleados para redondear sus cifras, entonces debemos volver la vista a las PYMES.


El cierre del grifo del crédito las ha estrangulado, las ha asfixiado, las ha ahogado hasta la muerte. Esas PYMES no han estado expuestas a la volatilidad ni al riesgo creciente de las potentes empresas mundiales, y sin embargo han visto cerrar su línea de crédito por mor de los bancos.


Así el flujo constante entre PYMES se ha cerrado y ha dejado entrampados a millares de empleados y empresarios que no pueden seguir porque se ha cortado su normal circulación.


Quizá problemas globales requieran soluciones globales, pero tal vez soluciones locales puedan devolvernos a una estela de crecimiento, y abrir el grifo del crédito a las PYMES parece a todas luces una respuesta urgente y precisa.


Solo la coerción gubernativa sobre las entidades crediticias puede reabrir una comunicación fluida de los capitales y devolver progresivamente la circulación a la compleja estructura laboral ¡Otra cosa es que les aprieten las tuercas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu lo has dicho, otra cosa es que aprieten para hacerlo. ...Jorge