jueves, 1 de enero de 2009

Recesión, recesión y más recesión para 2009

Ya hemos superado el fatídico 2008. No hay muchas diferencias de decorado. Quizá falten algunos actores, pero otros se incorporan; quizá cambien los diálogos, pero siempre habrá quien dé qué hablar; quizá se alteren las secuencias, pero alguien impondrá otro ritmo; quizá falle el sonido, pero otros vendrán metiendo ruido; quizá la luz no sea la mejor, pero habrá quien nos ilumine...En definitiva, un año más nos damos cuenta de que nada ni nadie es imprescindible en esta película que es la vida...salvo la pasta.

Cabalgamos a lomos de un nuevo año, pero lo único que notamos es que lo hacemos más ligeros que antaño. Lo que empezó siendo un leve desajuste económico hoy se confirma como recesión y tiene pinta de mutarse en gris casi negro, salvo que escampe...pero la tormenta caerá tarde o temprano. No creo que el ciclo bajista haya llegado a su fin y empecemos a retomar el curso. Hay muchos sectores que deberán seguir ajustando sus precios y plantillas.

Los hay que creen que hemos tocado fondo y ya piensan en aplicar fulgurantes incrementos, como es el caso de los inmobiliarios, pero es que no se resignan a perder las desproporcionadas revalorizaciones de otras épocas y consideran que el descenso leve es una concesión a la galería más que suficiente...Pues "chino, chano" señores, o si lo prefieren, "nasti de plasti".

2009 se presenta con muy mala pinta general, aunque habrá excepciones, como la ex anunciante de los baldosines y bombones, que lucirá imagen impecable mientras le cobra 50 kilos de los de antes a la revista de los saludos cada dos o tres meses, según necesidades. Pero el resto, incluido el banquero santanderino y el empresario de grandes almacenes de porte británico, adelgazaremos unos cuantos kilos, pero sólo para estar a la última, no porque nos preocupe guardar la línea.

Las medidas de la famosa conferencia del G-20, a la que era imprescindible acudir, según parecía, empiezan a parecer insuficientes e incluso inútiles como en el caso español. Los que saben de números no se ponen de acuerdo sobre qué medidas implementar y los ciudadanos ignoran por dónde les vendrán los tiros en este territorio comanche que va a ser la recesión de 2009.

La postura del Gobierno se abona a la promesa como fundamento de la gestión. Pero me viene a la memoria ese viejo refrán español que dice "promete mientras mete, y una vez metido, nada de lo prometido". Eso sí, los 6 millones de agradecidos que se han incorporado al censo desde 2000, más los que vendrán por parentesco, amistad, proximidad, etc., perpetuarán a esta noqueada administración hasta que otro les prometa la luna atada a un lazo.

Por tanto, permítanme que me adelante y les felicite ya el año 2010, porque "pa´ la mierda que va a ser el 2009, mejor pasamos página".

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