jueves, 8 de enero de 2009

Soluciones físicas contra el Paro

Ya hemos superado la barrera psicológica de los 3 millones de parados, concretamente 3.100.000 pobladores activos. Si barriéramos para casa diríamos que nacionales son muchos menos, pero si cuando requerimos que alguien hiciera los trabajos que ya no deseamos aquí no hicimos distingos...pues ahora tampoco.

Los mismos gobiernos que llamaron extramuros a trabajadores foráneos ofreciéndoles empleo, son los que ahora desde uno y otro lado del arco parlamentario se lamentan de esta cifra tan redonda.

Pero ¿acaso puede hacer algo España cuando la dinámica global es idéntica? ¿De dónde se sacan millones de puestos de trabajo cuando la necesidad es justo la contraria, desprenderse de personal sobrante? ¿Nos vamos a hacer todos funcionarios de ayuntamientos en quiebra o de comunidades autónomas deficitarias o de gobiernos centrales endeudados? ¿Vamos a colgar togas, grabadoras y fonendos por picos y palas para hacer carreteras? Va a ser que no.

El presidente del gobierno no es Harry Potter ni tiene la piedra filosofal ni la varita mágica de Endora para crear de la nada esos puestos, como cree la Oposición, sí, ya saben, el registrador de la propiedad y sus amigos, no los que añoran sus votantes, sino los impuestos por el señor del bigote. Un presidente responsable, no como el mostachudo anterior, debe poner las bases para crear un futuro sólido, no erigir castillos en el aire que se desvencijen al primer soplido.

Cuando se ha crecido a un ritmo desenfrenado, tras un parón de casi 40 años de reloj biológico, es normal que la sensación inmediatamente posterior sea de estupefacción, pues sólo ciertos cuerpos celestes vinculados a la física cuántica crecen exponencialmente. La progresión española ha sido aritmética hasta que ya no había más que sumar. El problema es cuando hay que sustraer.

La calculadora en verdad está en manos del Gobierno, que debe garantizar los medios, pero nadie, ni los físicos, pueden garantizar los resultados de todas las operaciones, no en vano esgrimen el latiguillo en "condiciones normales" para calcular.

Así que, en condiciones normales, seremos casi 4 millones de parados para cuando entren en funcionamiento las medidas aprobadas por el Ejecutivo, que ahora posterga ya no al primer trimestre de 2009, sino al segundo trimestre los efectos de las mismas.

No es cosa de varitas sino de aplicar las medidas oportunas, pues el tiempo perdido en soluciones erróneas no se volverá a recuperar e irá en detrimento del fin del problema y de la continuidad de este mismo gobierno. Quizá sea cierto que "no haya mal que por bien no venga", pero tranquilos, mientras siga el registrador de la propiedad y sus amigos, este gobierno nos durará unos años más.

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