lunes, 12 de enero de 2009

Violencia en los campos de fútbol

Vuelve, como el almendro por navidad, la violencia a los campos de fútbol. Hace unos meses la UEFA decidía cerrar el estadio Vicente Calderón tras unos incidentes previos al partido de Champions Atlético de Madrid-Olympique de Marsella. Las hinchadas de uno y otro club se enzarzaron y la actuación de la policía fue contundente, pero la única agraviada ha sido la afición ejemplar del Atlético. La UEFA y su insigne presidente, el también francés Michelle Platini, hizo caso omiso de la provocación marsellesa. Enrique Cerezo apeló a la épica y al "carácter extraordinario" de dichos actos para evitar a sus arcas un dañino cierre. Nada de nada.

Ayer domingo, meses después, aprovechando la espectacular nevada caída sobre Madrid, que ha dejado nieve y hielo por toda la región, los nada cándidos aficionados ultras del Frente Atlético han lanzado bolas de nieve y hielo contra el portero del Athletic de Bilbao en el partido que les ha enfrentado en el Campeonato de Liga. De haberle alcanzado podrían haberle ocasionado graves lesiones. Pero la fortuna parece seguir aliándose con estos bárbaros u otros similares que lanzan botellas, cohetes, monedas, cuchillos, cochinillos, piedras, etc., sin cuestionar los efectos de su barbarie.


Luego vendrá la sanción oportuna de los órganos competentes, como el Comité de Competición y saldrán las lágrimas de Clemente Villaverde, de Miguel Ángel Gil Marín y del propio Enrique Cerezo como si no fuera con ellos tener a estos incapaces como aficionados.

Es curioso que fuera en el mismo estadio donde fue asesinado hace años un seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta, que sólo venía a cantar las bondades de su club, pero sus cánticos y hábitos easotarras debieron encender la libido de los caníbales ultras colchoneros. No, no es casualidad.


Y conste que sólo hablamos de lanzamiento de objetos peligrosos, pero ¿qué ocurre con los insultos vejatorios? No sé por qué se aceptan tan alegremente, cuando pueden hacer también mucho daño. Si la UEFA considera sancionable por xenofobia llamar "negro" a un jugador de color, ¿por qué no hace lo propio cuando a otro le llaman "hijoputa" si no hay evidencias de que su madre ejerza la prostitución?

Ahora, lo que clama al cielo es el gravísimo incidente del presunto partido de 3ª jugado por un incomprensible equipo formado por boixos-nois frante a un equipo conformado por ciudadanos residentes en España que proceden de Argentina. Al final acabó en las urgencias de un hospital ante el desmadre de estos peligrosísimos seguidores blaugranas, miembros de una facción de corte xenófobo y de una violencia desmedida. Es alucinante que la Federación Catalana de Fútbol consienta la existencia de este equipo, salvo que haya connivencia en su existencia, como ya pasó con la RFEF con el F.C. Barcelona cuando se lanzaron objetos al Nou Camp durante un partido contra el Real Madrid y pese a condenarle al cierre, fue amnistiado por Villar por el apoyo de Laporta a su candidatura.

Pero es que según testigos presenciales, los MossosEsquadra presuntamente tardaron en intervenir frente a estos animales, quizá por miedo, quizá por desidia, quizá porque nadie les avisó...pero los apalizados, si se me permite el vocablo, fueron los compatriotas del astro blaugrana Leo Messi, el mismo que festeja con estos bárbaros sus goles...Quizá se lo piense a partir de ahora.

Este es el fútbol español y estos son sus dirigentes, ésos que durante años han reído las gracias de sus aficionados más salvajes por mor de su presunto apoyo incondicional, cuando a posteriori nos enteramos que el interés radicaba en el respaldo económico de los primeros sobre los segundos para que "acompañasen" al club de turno allá donde jugasen.

Es una lacra que salpica por igual a tirios y troyanos; a madridistas y culés; a maños y a onubenses; etc. Su presunta ideología filonazi esconde todas sus miserias de incultura, de falta de educación y valores sociales, y se escudan en la masa para actuar impunemente contra los más débiles. Solo parecen saciar su ansia a golpes contra las fuerzas de seguridad, para luego reclamarles daños y perjuicios en caso de lesiones porque "ellos sólo pasaban por allí".

Luego nos jactaremos todos de ser Campeones de Europa de Fútbol de selección absoluta. Pero no debemos ignorar estos lamentables hechos que pigmentan de negro nuestra trayectoria balompédica.

Es deber de todos condenar estos actos y a sus autores, empezando por los directivos de los clubes y siguiendo por los aficionados que ejemplarmente animan a sus ídolos sin más fuerza que la de su presencia y su voz, la misma que todos debemos alzar para expulsar a estos cafres del fútbol.

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