miércoles, 4 de febrero de 2009

¡Cuatro millones de paraos de na...!


¡Si es que no entendemos el lenguaje político...! ¿Que entonces dije digo ...? ¡Pues ahora digo diego y aquí no pasa nada! Lo malo son las hemerotecas y los servicios de documentación...pero ¡qué mas da, si los políticos se ponen el mundo por montera!

No entendemos o no queremos entender a este Gobierno y a su vicepresidente económico cuando el 19 de enero desmentía categóricamente a la UE que vaticinaba un porcentaje del 18,7% de paro entre la población activa, o dicho de otra manera, que de ninguna manera llegaríamos a los 4 millones de parados...como si esto fuera una quiniela y diera igual 3 ó 4 millones de paraos de na...

Vamos por la descomunal cifra de 3.328.000 parados a fecha del corriente tras destruirse casi 200.000 puestos de trabajo sólo en enero. Con este impresionante sprint vamos ya no camino sino directos a la meta de los 4 millones para el mes de mayo, salvo que obre un milagro la virgen de los desamparados o superman...pero como ambos son personajes de ficción...quedan descartados.

Mi maestro Enrique Gil Calvo, probablemente el mejor sociólogo español vivo, cuestionaba el pasado lunes en El País cuánto tiempo tardará en llegar a España una huelga general, ya acaecida en la Francia de Sarkozy, planteando que la crisis estallará cuando llegue a las clases mediase y a los trabajadores autóctonos, ya que el enfado se traducirá en conflictos, pues hasta ahora se ha cebado con los inmigrantes, como si éstos tuvieran coartado el derecho a protestar.
Pero a mi modo de ver, ese riesgo aún está lejos, pues como me recordaba un buen amigo los que pueden agitar el árbol, léase, los Sindicatos, comen en el cuenco de la mano del Presidente, la Oposición está como ausente, no por callada, que diría el gran Neruda, sino por vacía de contenido y propuestas tangibles, y los Movimientos sociales parecen aún absortos ante su líder carismático, ése al que pidieron como leit motiv electoral "¡no nos falles, ZP!".

Y sobre la reunión con los Bancos...no sé si es mejor pasar un estúpido velo, pues tras mostrar aparente fortaleza el domingo en el acostumbrado acto electoral dominical al referirse a su encuentro con los acaudalados banqueros patrios, luego se vio su banal discurso de aceptación del destino como algo irreparable.

No creo en la teoría keynesiana de las infraestructuras, porque éstas deben regirse por un criterio de necesidad y eficiencia, no de opulencia, que no es el caso ¿Qué ocurrirá entonces, desplazará a los millares de obreros de Lugo a Almería, o de Girona a Huelva? ¿Nos endeudaremos cual estado bananero? ¿Cree alguien que podremos sobrevivir consumiendo sólo productos nacionales como sugiere el torpe ministro de Industria, otrora asesor económico en la sombra?

Esta es mi humilde aportación:

Restricción y contención públicas; administración inteligente de la Hacienda pública; facilitar el flujo de capital entre pymes y ciudadanos presionando a los Bancos y Cajas de Ahorro; saldando con mínimo coste planes de jubilación para que se pueda disponer del capital; agilizar los trámites de creación de empresas y fomentar el régimen de autónomos; incrustar el valor del alquiler por encima de la costosa compra para impedir la reinvención de una nueva burbuja inmobiliaria; incrementar la inversión en sectores estratégicos de I+D+i; promocionar la formación profesional como un valor en alza; olvidar Bolonia y respaldar con becas a los futuros profesionales universitarios; contener el crecimiento desmedido y brutal de la población vía fronteras; incentivar el consumo; dar confianza y no mentir con especulaciones, sino ofrecer la realidad tal cruda es; colaborar con la Oposición cuando ésta vuelva a la vida y se deje de autoespiar y de purgarse aquí y allá...

¡Sí, nosotros queremos...lo que no está tan claro es que podamos...hacerlo solos!

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