viernes, 6 de febrero de 2009

La Comisión de Esperanza nula



Decía Napoleón Bonaparte "si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión". Y es lo que han hecho en la calle Génova con el famoso asunto del presunto espionaje en la CAM. Si en un principio hablaron de investigación interna, pronto se dieron cuenta de las muchas heridas que abriría y lo díficil que sería su cicatrización. Solución: nombrar una comisión parlamentaria en la Asamblea de Madrid.

Quien más contenta debe estar es María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, pues sobre ella recayó la responsabilidad de dicha investigación. Sus resultados abrirían la caja de Pandora de los Populares, a la par que brindarían al PSOE unos buenos ratos de diversión.

En la CAM el PP tiene mayoría y hoy viernes 6 ha convocado dicha comisión, que presidirá un Popular...entonces ¿qué se puede esperar cuando las víctimas propiciatorias son Populares y el ejecutor es Popular?

Como ya sabe el resultado, la presidenta de la CAM se jacta en público de un asunto que le había puesto contra las cuerdas y afirma no temer los resultados, con el comentario chulesco dirigido a Inés Sabanés de "¡mira cómo tiemblo! ¿por qué?


Basta con liar el asunto hasta el infinito y si es necesario enmierdar a algún responsable del ayuntamiento, nombrar los penosos casos de espionaje del paleolítico socialista, etc., hasta salir airosa y riéndose de todos los madrileños.

No creo que un periódico como El País haya puesto en riesgo su prestigio para denunciar estos hechos, pero ya se ha visto cómo los mass-media de la Oposición Popular han salido en ayuda de su defendida para publicar cuánto pudiera beneficiarle para lavar su imagen.

Así que esto ha vuelto a ser un capítulo más de la interminable historia de la prensa y al política que terminará como todos sus predecesores: nasty de plasty. Unos habrán vendido más ejemplares; otros se lavarán las manos; y los convidados de piedra, o sea, los ciudadanos, seguiremos igual de ignotos votanto a ciegas.

Es de desear que el "desaparecido" Mariano Rajoy no tenga que lamentar esta decisión, pues antes o después se encontrará asaeteado por la espalda por los mismos a los que ahora perdona..."Alea iacta est".


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