sábado, 7 de marzo de 2009

PSOE y PP deben aparcar sus diferencias en Euskadi


Dice un viejo tango que "Veinte años no es nada...", pero quizá 30, que son los que lleva el PNV rigiendo los destinos del País Vasco, con mayor o menor fortuna, empiecen a ser demasiados, aunque sólo sea por el desgaste.

El resultado incierto de las elecciones del pasado 1 de marzo no ha hecho sino sembrar de dudas el futuro de los vascos en genérico. Han sido necesarias tres décadas para que los vascos se plantearan la continuidad o no de los nacionalistas.

Desalojados por ley los abertzales, neutralizados los adosados de Ezker Batua, y debilitados por el reincidente plan soberanista los nacionalistas presuntamente moderados del PNV, el camino parecía expedito para las fuerzas llamémoslas españolistas de PSOE y PP, que ahora podrían desalojar por derecho al PNV.

La suma de sus votos se ajusta a las necesidades para gobernar en Euskadi: 38 escaños. Pero recordar que en el resto del territorio nacional son inmiscibles, que son agua y aceite, que sus posiciones son confrontadas, hace especialmente compleja esta alianza en la comunidad autónoma vasca.

Sin embargo son muchas las opiniones pulsadas que se decantan por la necesidad de aparcar las diferencias, obviar las singularidades, y crear una situación sostenible para evitar la peligrosa deriva soberanista que empezaba a encender muchas alarmas en Madrid.

Por convicción, no creo en los gobiernos de salvación nacional, ni en el turno pacífico de partidos al estilo Sagasta y Cánovas, pero la situación política en Euskadi debe retomar nuevos aires, lejos de la violencia abertzale y de la anuencia comprensiva sobre "esos muchachos de la gasolina", que diría algún irresponsable exdirigente nacionalista.

La estrategia poselectoral marca el rumbo de los pactos por encima de los resultados, insuficientes para los nacionalistas y sobrados para los españolistas. Por eso resulta incomprensible la actitud marmórea de los primeros por no aceptar esta dinámica.

Sólo queda saber si los segundos podrán dirimir sus distancias, pues la singular idiosincrasia de Euskadi hace que allí "sea más lo que les une que lo que les separa". Esperemos que no lo estropeen por un "quítame allá esa consejería" o por ajustes de cuentas derivados de Madrid.

2 comentarios:

Jaina dijo...

Como no se unan mal vamos... Ibarretxe quiere retener la lehendakaritza a toda costa, es q 30 años de PNV son muchos años como para q no les cueste salir del poder, pero Euskadi ha hablado ya.

Markus de Logsley dijo...

Es un mala concesión, querida Jaina, pero necesaria. El problema es que si finalmente pactan, Euskadi se convertirá en el crisol donde ajustar cuentas de Madrid. Pero a la vista de los resultados...parece que a algunos 30 años les parece poco...Veremos
;D