jueves, 14 de mayo de 2009

Tiempos sombríos para la prensa escrita



Negros nubarrones se ciernen sobre la prensa escrita, las linotipias van perdiendo vida, ya no huele a tinta en las redacciones, ya no duermen los plumillas en el sofá de la entrada a la espera del último crimen del día, ya nada es lo que era.

Lo que para algunos son tiempos sombríos para otros no es más que consecuencia de la falta de adaptación a los tiempos modernos, no los que satirizaba Chaplin, sino los que lindan con la nueva era de Internet, la red de redes. Muchos fueron los avisos que presagiaban la tempestad, pero la mayoría esperaba que escampara cual tormenta de verano, pero no, cualquiera tiempo pasado ya es pretérito pluscuamperfecto.

Esos mal llamados “magnates de la prensa” han conservado sus poltronas, sus nichos de poder, sus ejes de control mediático, y ahora que se les escurre de las manos como la arena al inocente niño que juega en la playa, ahora, se lamentan.

No vale escudarse en la crisis como desencadenante de los actuales desastres, pues no protegieron sus muros de papel cuando debieron; ni tampoco cuestionar el modelo, pues la información es un derecho inalienable de todo ser libre; ni culpar a Internet de todos sus males, pues sería cómico que el mensajero por antonomasia tratara de asesinar al mensajero del futuro...

Este tren lo están perdiendo y coge velocidad conforme avanza, de ahí que subirse al mismo sea labor harto complicada, pues ya no puede parar. Buscar apeaderos en forma de especialización por días; impresiones dominicales en papel para conservar la tradición finisemanal...

¡Qué gracia!: los mismos que han jugado en bolsa con el futuro de miles de empleados, creyéndose los nuevos William Randolph Hearst, son los mismos que ahora, desde sus doradas mansiones, olvidados ya sus modestos apartamentos en el centro, piden socorro al estado protector, a la banca usurera, a la gran empresa, en definitiva a todos a los que un día protegieron o hundieron con sus noticias cargadas de intención. ¡Eso no es libertad: eso es dependencia!

Ahora lo fácil es desprenderse del lastre, menguando las plantillas con “ere´s”, expedientando a los insurgentes sobre los que un día se auparon para enarbolar las banderas de la información, proponiendo reducciones de sueldo, de horario, prejubilando, retrasando los pagos, disminuyendo las tiradas, subiendo los precios...al grito de ¡nos hundimos!

¡Los que estáis obsoletos sois vosotros, mangantes, que no magnates! Vuestros días están contados, así como los de todos los familiares a los que enchufasteis. ¡Iros ya, pues sólo así esta profesión volverá a ser lo que era!

Vosotros ya os habéis llenado bastante la barriga. Dedicaos a gastar todo lo que habéis amasado, pues ése, y no otro, era vuestro único interés, que no el informativo. Un periodista es un contador de historias, pero vosotros habéis confundido las columnas del periódico con las del templo que erigisteis, a los redactores con los obreros del pedernal y a las palabras que nos hacen libres con la argamasa que os hizo ricos.

¡Dejad que seamos los profesionales del periodismo los que apliquemos las necesidades del lector, pues somos los que pateamos las calles, palpamos el sentir general! Y si ayer fue el papel, que por si acaso seguiré comprando, hoy ya es el ordenador o el e-newspaper, os pongáis como os pongáis.

Y recordad las palabras del gran dramaturgo francés Víctor Hugo: “Nada detiene a una idea...cuando le ha llegado su tiempo”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues crea tu un diario a imagen del siglo XXI. Pero hazlo ya.El Dragon.